Este 7 de octubre de 2025, las organizaciones que formamos la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), junto con los trabajadores y las trabajadoras del mundo, conmemoramos esta jornada con el objetivo de reivindicar el trabajo decente como derecho, no privilegio.
Como nos recordaba el papa Francisco:
“El trabajo es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es un creador, es capaz de crear”.
Este año nos reunimos bajo el lema:
TRABAJO DECENTE, DERECHO, NO PRIVILEGIO.
Resulta doloroso que, tras muchas décadas de lucha, en 2025 aún tengamos que reclamar que el trabajo con un salario justo, condiciones saludables, horarios y vacaciones respetados, sin distingo de género, etnia o lugar de nacimiento, siga siendo un derecho pendiente de cumplirse.
Un trabajo decente no es solo para mí, sino para todas las personas: es lo que hará más justa y más habitable nuestra sociedad, nuestra ciudad, nuestro país y nuestra “Casa Común”.
Hoy recordamos, de manera especial, a las personas migrantes que buscan trabajo digno en nuestro país, y también hacemos presente el sufrimiento de tantos pueblos que viven violencia y guerra, como Gaza, donde las vidas y el derecho al trabajo han sido arrebatados