viernes, 31 de marzo de 2023

SEMANA SANTA 2023 EN LA PARROQUIA SAN JUAN PABLO II: "SOMOS LO DAMOS. SOMOS AMOR" (horarios y enlaces)

 





- Mt 21, 1-11. Bendito el que viene en nombre del Señor. Misa:
- Is 50, 4-7. No escondí el rostro ante ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado.
- Sal 21. R. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
- Flp 2, 6-11. Se humilló a sí mismo; por eso Dios lo exaltó sobre todo. 
- Mt 26, 14 — 27, 66. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.
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- Ex 12, 1-8. 11-14. Prescripciones sobre la cena pascual.
- Sal 115. R. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo.
- 1 Cor 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor.
- Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo.

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- Is 52, 13 — 53, 12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones (Tercer cántico del Siervo del Señor).
- Sal 30. R. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
- Heb 4, 14-16; 5, 7-9. Aprendió a obedecer; y se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación.
- Jn 18, 1 — 19, 42. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.

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21:00h VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA


Durante la Cuaresma nos hemos preparado para la celebración de esta noche en la que renovaremos las promesas bautismales desde la fe en la resurrección del Señor. Comenzaremos con la bendición del cirio pascual que significa Cristo resucitado, desde quien brota para nosotros la luz de la fe. Y con los cirios encendidos escucharemos el pregón pascual. Después, la liturgia de la Palabra, que con las oraciones que siguen a cada lectura nos irá acercando a la plenitud de la revelación que oiremos en el Evangelio: «Cristo ha resucitado como había dicho»

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- Hch 10, 34a. 37-43. 
Hemos comido y bebido con él después de su
resurrección de entre los muertos.
- Sal 117. R. Este es el día que hizo el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
- Col 3, 1-4. Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo.
- Secuencia. Ofrezcan los cristianos.
- Jn 20, 1-9. Él había de resucitar de entre los muertos.

lunes, 20 de marzo de 2023

TARDE DE SILENCIO Y RECONCILIACIÓN: SÁBADO 25 DE MARZO DE 2023 DE 18:30h.-20:00h.

 


EN LA PARROQUIA "SAN JUAN PABLO II" CELEBRAMOS ON-LINE y PRESENCIAL LA EUCARISTÍA DEL V DOMINGO DE CUARESMA: EL SÁBADO 25 DE MARZO A LAS 20:00h Y EL DOMINGO 26 DE MARZO DE 2023 A LAS 12:30h.

 


V DOMINGO DE CUARESMA 

- Ez 37, 12-14. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis.
- Sal 129. R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
- Rom 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.
- Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida.

Cercanos ya los días de la pasión del Señor, la oración colecta de este domingo nos recuerda que fue el amor el que movió al Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Pero vencerá a la muerte resucitando para que nosotros participemos en su resurrección: «Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis» (1 Lect). Se trata del mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús de entre los muertos y que, si habita en nosotros por la gracia, también vivificará nues- tros cuerpos (2 Lect). En el Evangelio Cristo se nos revela como la resurrección y la vida: «el que cree en mí no morirá para siempre».





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domingo, 12 de marzo de 2023

EN LA PARROQUIA "SAN JUAN PABLO II" CELEBRAMOS ON-LINE y PRESENCIAL LA EUCARISTÍA DEL IV DOMINGO DE CUARESMA: EL SÁBADO 18 DE MARZO A LAS 20:00h Y EL DOMINGO 19 DE MARZO DE 2023 A LAS 12:30h.

 


IV DOMINGO DE CUARESMA

- 1 Sam 16, 1b. 6-7. 10-13a. David es ungido rey de Israel.
- Sal 22. R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
- Ef 5, 8-14. Levántate de entre los muertos y Cristo te iluminará. 
- Jn 9, 1-41. Él fue, se lavó, y volvió con vista.

Cristo se hizo hombre para conducirnos a los peregrinos en tinieblas al esplendor de la fe (cf. Pf). Es lo que se expone en el Evangelio: todos nacemos privados de la luz de la fe y la gracia de Dios por el pecado original. Lo mismo que el primer hombre fue creado del barro de la tierra, Cristo hizo barro con su saliva, lo untó en los ojos del ciego y le mandó lavárselos con agua, y el ciego vio. En el bautismo Cristo nos vuelve a crear. Y, como el ciego, en la Cuaresma tenemos que seguir renunciando a cuanto nos impide decirle a Cristo con toda verdad: «Creo en ti, Señor».





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lunes, 6 de marzo de 2023

EN LA PARROQUIA "SAN JUAN PABLO II" CELEBRAMOS ON-LINE y PRESENCIAL LA EUCARISTÍA DEL III DOMINGO DE CUARESMA: EL SÁBADO 11 DE MARZO A LAS 20:00h Y EL DOMINGO 12 DE MARZO DE 2023 A LAS 12:30h.

 


 III DOMINGO DE CUARESMA 

- Ex 17, 3-7. Danos agua que beber (Ex 17, 2).
- Sal 94. R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
- Rom 5, 1-2. 5-8. El amor ha sido derramado en nosotros por el Espíritu que se nos ha dado.
- Jn 4, 5-42. Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.

En la primera lectura, el pueblo de Israel en el desierto pide agua para beber y Moisés la hace brotar de una roca. Se anuncia así el agua que brotará del costado de Cristo abierto por la lanza del soldado: quien la beba, por la fe en Cristo y por el bautismo «se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna» (Ev). Esa agua significa el amor de Dios derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; amor que llevó a Cristo a morir por nosotros, pecadores (2 Lect).





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MI ADMIRADA SAMARITANA:

No sé tu nombre. El evangelista no nos dejó este «detalle». 
Seguramente porque hay muchos y muchas que son como tú. 
Pero nos cuenta que, como todos los días, con una rutina inconsciente,  
sales de casa, haces de lo de siempre, vas donde siempre, caminas como siempre...  
Llegas llena de polvo, y sucia de sudor, por ese sol de justicia que todo lo agrieta. 
Las calles están vacías, a nadie se le ocurre salir con ese solazo... A ti sí. 
A lo mejor es que prefieres no cruzarte con nadie.

Pero ojos escondidos te espían a través de las ventanas 
y murmuran de ti, y te juzgan con desprecio, y te condenan: 
«Es una cualquiera, se enrolla con todos los que se le ponen a tiro,
¡ya ha tenido cinco maridos!!!». 

Lo cierto es que tienes sed, llevas el corazón reseco y agrietado, 
dolorido, desengañado de tantos que han jugado contigo, te han usado,  
y no te han devuelto ni la mínima parte de lo que tú les has dado. 
Te has agotado de intentar encontrar un amor que te llene.  
Tarea siempre difícil. Y vacía te has quedado. 
Llegas al pozo cansada de buscar y no encontrar nada, como tantos. 
Quisieras que tu vida tuviera algún sentido, importarle a alguien, 
que te respetaran, que te tuvieran en cuenta, 
quisieras ser feliz, poder levantarte con ilusión cada mañana 
y triunfar sobre esa rutina  que te vence, que te cansa, que te aburre,  
que te hace estar harta de todo y de todos, 
y no ser menos que otros, encontrar un hombro sobre el que desahogarte 
(¡qué duro es tragarse a solas la soledad!), 
una sonrisa de comprensión cuando no te salen bien las cosas, 
una chispa de esperanza cuando el cielo se vuelve negro.

Ese cántaro vacío que llevas contigo 
se parece mucho a tu corazón: nunca se llena del todo, se vacía deprisa. 
Acudes siempre a los mismos pozos 
y acabas echando dentro cualquier agua, aunque realmente no calme tu sed. 
Ningún agua sacia del todo nuestra sed. Volvemos de nuevo a tenerla. 
Y al beberla y saborearla... apenas unos sorbitos, nos dejan con ganas de más. 

Y hoy, por sorpresa, sin esperarlo ni verlo venir, 
bajo ese calor del mediodía, distraída con tus pensamientos... te topas con Jesús. 
Tuviste la enorme suerte de encontrarte con él, 
aunque no tenías ni idea de quién era, y te pidió de beber.  
Pero no le importó que fueras mujer, que estuvieras casada,  
que fueras una «hereje» samaritana. No le importó que le vieran charlando contigo.

Tú que andas sedienta, y te piden agua. 
Tú que te sientes sola, y te piden un poco de compañía y conversación. 
Tú tan necesitada de unas palabras amables y respetuosas... y te las piden a ti. 
Lo que necesita ese Desconocido no era nada difícil para ti, 
pero tú sueles ponerte a la defensiva con cualquiera que se te acerca. 
Hay demasiados prejuicios en tu cabeza (seguramente justificados),  
y demasiada desconfianza en el corazón. 
¿Otro que intenta aprovecharse de ti? 
Sin embargo, también él parece cansado y necesitado, sediento como tú, 
y no te juzga, ni te da órdenes. Sóo te invita a mirar hacia dentro de ti, 
para que descubras que eres valiosa, que no te conoces bien, 
que tu corazón sigue siendo capaz de dar, y de amar,  
y que tú mereces algo mejor de lo que hasta ahora has encontrado, 
no puedes conformarte con el primero que llega, 
por que tienes dentro un manantial inagotable que nace de lo alto, 
en el mismo corazón de Dios. 

Así que no busques fuera, pues lo que necesitas lo llevas dentro. 
Y cuando alguien no se quiere a sí mismo, no se valora lo suficiente 
nunca se sentirá querido por nadie,  sólo conseguirá que lo usen.  
Que dejes de autocompadecerte  
y mires a los que puedan necesitar tu humilde cántaro. 
Necesitas reconocer tu verdad, tus errores, tu sentimiento de vacío, 
y ya va siendo hora de que te abras a Dios.  
Ese Dios que te necesita, que te pide, que no te hace reproches ni te juzga, 
que comprende tu dolor y te trata con respeto, 
que te abre caminos nuevos, que te hace mirarte a ti misma ojos nuevos, 
que te llena de esperanza. 
Que te invita a quererte a pesar de tu vacío, tu pecado y tu pobreza. 
Aquel Desconocido, a cambio de un poco de tu agua... te ha empapado de amor. 
¡Qué suerte tuviste,  samaritana, y qué valiente por atreverte a abrirte a él!

Samaritana: Dile que también yo necesito su Agua Viva. 
Dile que salga a mi encuentro en cualquier recodo del camino, 
y me diga sus palabras serenas. 
Dile que tenga paciencia si, como tú al principio, parece que le rechazo,  
si me muestro autosuficiente, si me las doy de no necesitar nada ni a nadie. 
Dile que me ayude también a reconocer mi verdad y sane mis heridas. 
Pídele que me ensanche el corazón y me ayuda a descubrir 
que dentro de mí hay una Fuente de Vida (el Espíritu) con la que puedo dar a otros de beber. 
Yo también quiero que se me acerque, a la hora que él elija, y me hable,  y me pida de beber. 
Y pídele para mí también, que me haga capaz -como tú-  
de ir a contar a otros lo que me ha dicho, lo que ha hecho conmigo 
y que yo sepa, como él, acoger, escuchar, comprender y animar  
a tantos que necesitan sentirse escuchados y acogidos, acompañados... 
Con toda mi admiración y respeto, te saludo.

Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
Imagen 1 DE Joseph Brickey. Imagen 2 de Jorge Cocco Santángelo