El pasado sábado, 3 de diciembre, se presentaba en
Almendralejo el nuevo Plan Pastoral, un camino que se marca la diócesis para
los cuatro próximos años siguiendo las pautas marcadas por el Papa Francisco en
la Evangelii Gaudium de hacer una iglesia más misionera, dinamizando la vida de
la Archidiócesis, de manera que pasemos de una pastoral de mera conservación a
una pastoral decididamente misionera.
Cada uno de los próximos cuatro años se marca un objetivo
específico en línea con Plan Pastoral elaborado por la Conferencia Episcopal
Española.
El primer año pondrá el acento en vivir en comunión. En él
se destaca vivir la unidad de cara a llevar adelante la misión; el segundo año
centra la mirada en el anuncio de la Palabra de Dios, fijándose en aquellos que
no están dentro de la Iglesia, los alejados, los no creyentes; el tercer año
hace referencia a la celebración del Misterio de Cristo, con la liturgia como
protagonista, cómo vivir la liturgia en una clave mucho más participativa, más
viva y festiva. Para el curso 2019-2020 se propone el servicio a los pobres.
A estos cuatro puntos se suman dos que tienen carácter
transversal: la familia y la pastoral vocacional al ministerio sacerdotal. En
este sentido, el vicario de la ciudad de Badajoz y Olivenza, Francisco Maya,
que ha trabajado intensamente en la elaboración del Plan Pastoral, ha
manifestado que “como todos sabemos, la familia es una preocupación de toda la
Iglesia, de hecho, se dedicó ya un sínodo para hablar de la familia, después el
mismo Papa Francisco en “Amoris Laetitia” también abordó el tema y, por tanto,
queremos que sea transversal durante los cuatro años. Al mismo tiempo, como
preocupación de toda la Iglesia y especialmente de nuestro Arzobispo, don Celso
Morga, está el tema de las vocaciones al sacerdocio muy especialmente. Ya
sabemos la necesidad que tenemos de vocaciones sacerdotales, necesitamos que
haya jóvenes que respondan con agradecimiento a la llamada que el Señor les
hace para ser sacerdotes”.
El Plan Pastoral afecta a todos: sacerdotes, religiosos,
laicos, parroquias, delegaciones episcopales, movimientos y asociaciones
eclesiales. “En la elaboración han colaborado los distintos miembros del pueblo
de Dios -destaca Francisco Maya-. De hecho, en la encuesta previa que se
realizó para elaborar el Plan, participaron más de 3.000 personas de las
distintas parroquias, que expusieron las necesidades fundamentales que
estimaban ellos que tenía la Iglesia diocesana”.
El Plan se elaborado con la participación de todos:
parroquias, Colegio de Arciprestes, Consejo del Presbiterio y de Pastoral
Diocesano, Delegaciones, Consejo Episcopal y una comisión creada “ad hoc”.
La presentación del nuevo Plan Pastoral Diocesano tenía dos
momentos: a las 10,30 el Arzobispo, don Celso Morga, presidía la Eucaristía en
la parroquia de la Purificación en el transcurso de la cual firmaba el Plan.
Posteriormente, en el salón de actos de Cajalmendralejo, era presentado.
Basándose en el Evangelio proclamado en la Eucaristía, don
Celso se preguntaba en la homilía cuánta gente habrá ido por el mundo entero
proclamando el Evangelio, y recordaba que ese mandato de Jesús es plenamente
actual. El Arzobispo afirmaba que cualquier persona podría pensar que el
encargo hecho a los apóstoles estaba condenado al fracaso, sin embargo,
aquellos hombres tuvieron fe en la Palabra de Jesús y gracias a la fe y el
testimonio de ellos y de los que los siguieron, nosotros conocemos que Jesús es
el Señor. Don Celso señalaba que el Plan Pastoral Diocesano quiere ser un eco
de ese mandato de Cristo. Por ello pidió que nadie se excluya de esta tarea
evangelizadora porque el Plan es una iniciativa de la Archidiócesis en la que
todos debemos colaborar.
Tras la comunión don Celso firmaba el Plan y posteriormente
entregaba un ejemplar al Vicario General, a la Permanente del Consejo Diocesano
de Pastoral y del Consejo Diocesano del Presbiterio y a un Arcipreste por zona
pastoral.
Finalizada la Eucaristía, el salón de actos de
Cajalmendralejo acogía la presentación. Tras un vídeo explicativo, el Vicario
General, Mateo Blanco Cotano realizaba una introducción en la que ponía de
manifiesto que “el Plan Pastoral Diocesano servirá ahora de base para la elaboración
del Programa Pastoral de las parroquias de la Archidiócesis”. Se ponía de
manifiesto qué se pretende con el documento presentado, las exigencias que
conlleva, las fuentes en las que se sostiene, el proceso de elaboración y su
estructura.
Por su parte Francisco Maya hacía un recorrido por el
espíritu o la mística del proyecto cuatrienal, manifestando en primer lugar que
“un Plan Diocesano de Pastoral es necesario para saber dónde estamos y a dónde
queremos llegar”. A partir de ahí explicó que la espiritualidad del Plan es una
espiritualidad de comunión; de la esperanza; de la paciencia y el amor a la
gente; del aprecio a lo pequeño, no de la ambición de lo grande y de la
cercanía, no de la distancia.
Finalizada esta intervención se proyectaba un powerpoint y
el sacerdote Manuel Rico, abundaba en temas como el fin del Plan o los desafíos
que plantea. Antes de la clausura del acto por parte de don Celso Morga, un
seglar, Margarita Gallego, se refería a que este Plan debe tener una
continuidad y al mismo tiempo ser flexible porque la realidad es cambiante, por
lo que hay que estar a la escucha de la realidad. También dio a conocer que
será evaluado en el Consejo de Pastoral Diocesano.
Las últimas palabras fueron para el Arzobispo, que, antes de
proceder a la clausura, animó a todos al apostolado, a acercar a la gente a las
parroquias y a ponernos metas altas.
VÍDEO PRESENTACIÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario