XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
- Is 66, 10-14c. Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz.
- Sal 65. R. Aclamad al Señor, tierra entera.
- Gál 6, 14-18. Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
- Lc 10, 1-12. 17-20. Descansará sobre ellos vuestra paz.
Ya desde la ant. de entrada se nos introduce en el tema central de la liturgia de hoy, universalidad de la salvación de Cristo y de la misión de la Iglesia: «Como tu nombre, oh, Dios, tu alabanza lle- ga al confín de la tierra». Igualmente se expresa en el sal. resp.: «Aclamad al Señor, tierra entera». Este salmo es la respuesta a lo anunciado en la 1 lect.: «Yo haré derivar hacia ella [Jerusalén], como un río la paz». Y el Ev. nos presenta la plenitud de esta profecía, cuando Cristo, urgido porque la mies es mucha, envía a los setenta y dos discípulos a llevar la paz, a anunciar la llegada del reino de Dios. Esa paz que brota del sacrificio eucarístico correrá por nuestra asamblea antes de la comunión. Pidamos hoy al Señor que siga suscitando las vocaciones y carismas tan necesarios para seguir hoy evangelizando.