XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
- Sal 94. R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
- 2 Tim 1, 6-8. 13-14. No te avergüences del testimonio de nuestro Señor.
- Lc 17, 5-10. ¡Si tuvierais fe!
La fe es tema fundamental en este domingo. En la 1 lect. el profeta Habacuc se queja de las dificultades del mundo que le tocó vivir, que ponían a prueba su fe en Dios. Y el Señor le recuerda que el justo vivirá por su fe. No nos podemos acobardar ante las dificul- tades de nuestra época que dificultan la evangelización. Por el contrario, no nos avergoncemos del testimonio de nuestro Señor (cf. 2 lect.). Tenemos que pedirle al Señor que aumente nuestra fe, puesto que es un don de Dios (cf. Ev.). Una oración que en noso- tros debe ser sencilla y frecuente. Además, tenemos que poner de nuestra parte para alimentarla –especialmente el domingo– en la escucha atenta de la Palabra de Dios. «Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón» (sal. resp.).
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