domingo, 14 de enero de 2018

JORNADA MUNDIAL DEL EMIGRANTE Y DEL REFUGIADO


Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados. Cuatro verbos para la pastoral migratoria española
1.- Con motivo de la 104 Jornada Mundial de las Migraciones, el Papa Francisco nos ha dirigido un mensaje con el lema: Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados. En dicho mensaje reflexiona sobre la situación de los migrantes y señala algunas pautas pastorales y sociales para la atención de estos hermanos que pueden ayudarnos a todos. La Iglesia sufre con las situaciones que llevan a emigrantes y refugiados a tener que abandonar su tierra y trata de hacer presente al Dios que acompaña en la historia, procurando ser como tierra prometida cooperando a su acogida e inserción. Cada obispo en su diócesis tiene la responsabilidad de atender pastoralmente a estas personas. A los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones nos corresponde ayudar a nuestros hermanos en el episcopado y a los demás cristianos a encontrar las apropiadas traducciones pastorales de estos verbos que propone el Santo Padre como objetivos propios de la pastoral con migrantes y refugiados.
Acoger, Proteger, Promover, Integrar, cuatro verbos que nacen del latido del corazón del Santo Padre para mover a toda la Iglesia para acercarse a los hermanos migrantes y refugiados sobre todo a los más heridos en nuestras diócesis, ciudades y pueblos. Es un mensaje en el que se nos invita a buscar oportunidades y espacios para que los migrantes y las comunidades se reúnan y aprendan unos de otros. Para que el miedo no se adueñe de nuestro corazón y se establezcan relaciones fluidas y enriquecedoras para todos- Así lo está proponiendo Caritas en su Campaña Compartiendo el viaje, en colaboración con el resto de integrantes de la Red eclesial Migrantes con derechos (CONFER, Justicia y Paz, el Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones y el Sector Social de la Compañía de Jesús.)
2.- En el Mensaje de este año el Santo Padre nos recuerda que «los líderes mundiales han expresado claramente su voluntad de trabajar a favor de los emigrantes y refugiados para salvar sus vidas y proteger sus derechos, compartiendo esta responsabilidad a nivel global. A tal fin, los Estados se comprometieron a elaborar y aprobar antes de finales de 2018 dos pactos globales (Global Compacts), uno dedicado a los refugiados y otro a los emigrantes».
Por ello y de acuerdo con su tradición pastoral, «la Iglesia está dispuesta a comprometerse en primera persona Sin embargo, para obtener los resultados esperados es imprescindible la contribución de la comunidad política y de la sociedad civil cada una según sus propias responsabilidades!».
A la luz de estos procesos ya iniciados, el Papa nos pide «aprovechar cualquier oportunidad para compartir este mensaje con todos los agentes políticos y sociales que están implicados —o interesados en participar— en el proceso que conducirá a la aprobación de los dos pactos globales». Por eso, la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, guiada por el Santo Padre, ha preparado 20 Puntos de Acción «que quisiera ver incluidos en los Pactos Mundiales (Global Compacts) que las Naciones Unidas acordarán en 2018».
Con el deseo de ayudar respecto a las necesidades que vemos en nuestra realidad queremos ofreceros estas invitaciones y estos elementos como retos y desafíos:
A.- «Gracias a la hospitalidad, algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles» (Hb 13,2).
En relación con el verbo acoger, queremos invitar a que se reflexione sobre la calidad de nuestra acogida, religiosa, pastoral, social, cultural a los inmigrantes y refugiados, teniendo en cuenta que este año el Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española, tiene como objetivo el anuncio de la Palabra de Dios. En la acogida a los inmigrantes y refugiados es necesario ofrecer la Palabra de Dios porque es lo mejor que podemos ofrecerles para que quien quiera pueda acoger con libertad a Cristo, Palabra Viva de Dios. Una oferta que se ha de hacer desde la acogida y hospitalidad en nuestras comunidades.
Desde esta actitud eclesial y en coherencia con la fe podremos recordar la necesidad del cumplimiento de los compromisos adoptados por el Estado para la acogida de los cupos de refugiados. Se trata de una dinámica necesaria y urgente, pues son muchas las personas que necesitan con urgencia salir de sus lugares de origen por el hambre, por la violencia, por los desastres naturales etc.). Conocedores de todas las dificultades que conlleva para los Estados la complejidad de los procesos de acogida, brindamos nuestra colaboración subsidiaria en todas las iniciativas posibles de acogida.
B.- «El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como el indígena: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios» (Lv 19,34).
Respecto al verbo «proteger» queremos reconocer, en primer lugar, todos los esfuerzos que están haciendo las diócesis, las parroquias y otras comunidades para asesorar, atender e insertar a los inmigrantes y refugiados siguiendo el Evangelio y la necesaria protección a los más vulnerables. Y también debemos valorar los esfuerzos realizados desde la sociedad civil. Son muchos los logros alcanzados, pero también lo son los retos a afrontar. Más en concreto, y a modo de ejemplo de cara a una mayor y mejor protección, es necesario buscar alternativas a los centros de estancias temporales y a los centros de internamiento para que sea respeta y protegida la dignidad de las personas y nunca sean lesionados sus derechos. Protección también en la situación de las fronteras, especialmente las del sur de nuestro país donde se han producido en no pocas ocasiones acciones que atentan a los derechos humanos de los emigrantes.
En el Mensaje, el Santo Padre, subraya la especial protección que han de tener los menores migrantes y las personas víctimas de la trata. En este sentido la Sección de la Comisión Episcopal de Migraciones está trabajando intensamente en la coordinación y apoyo con programas preventivos, de sensibilización y acción.
C.- «Una sola ley y una sola norma regirá para vosotros y para el forastero que reside entre vosotros.» Números, 15,16
En cuanto a la «promoción», es un motivo de alegría comprobar la cada vez mayor presencia de hermanos migrantes que, a partir de las parroquias, comunidades religiosas, colegios católicos y otras entidades civiles, viven un proceso de arraigo y de asunción de responsabilidades cada vez más extendida. Deseamos que crezca su participación en las comunidades cristianas en el aprovechamiento en justicia de los recursos accesibles para la alfabetización, la capacitación para el idioma, la formación formal e informal, y otras muchas instancias para la promoción humana, y social. También hay que pensar muy bien el trabajo con las segundas generaciones para promover una sana convivencia multicultural.
Por lo que respecta al ámbito laboral conviene que se promulguen leyes justas y las autoridades vigilen para asegurar las condiciones dignas de trabajo y la erradicación de medidas de empleo precario y la aplicación de un justo salario a los migrantes. En este sentido ofrecemos todos nuestros recursos y capacidades para la reflexión y la acción desde nuestro rico y eficaz trabajo en Red con las instituciones eclesiales como Cáritas, Justicia y Paz y otras obras apostólicas dedicadas a la promoción de los inmigrantes.
D.- «Fui extranjero y me acogisteis» (Mt 25, 41-45).
En relación al verbo «integrar», queremos señalar el beneficio que supone la llegada de personas extranjeras a nuestro país muchos de los cuales llaman a las puertas abiertas de nuestras comunidades y parroquias. Es necesario integrar a nuestros hermanos en la vida cotidiana de nuestros barrios, ciudades y pueblos buscando el enriquecimiento personal y colectivo, en una convivencia sana. En primer lugar, por los valores culturales y religiosos que traen consigo. En segundo, por la objetiva necesidad de emigración a nuestro país, al menos mientras se mantengan las actuales tasas de natalidad.
La integración de los inmigrantes es una tarea delicada que exige paciencia y apertura de mente por parte de todos. Debemos evitar, por una parte, cualquier atisbo de xenofobia y por otra, la formación de guetos cerrados impermeables a cualquier diálogo cultural, social o religioso. El santo Padre nos advertía a los obispos y directores de las Comisiones de Migración de Europa que no ocultaba su preocupación «por los signos de intolerancia, discriminación y xenofobia que existen en diferentes regiones de Europa. A menudo están motivados por la desconfianza y el miedo hacia el otro, al diferente, al extranjero. Me preocupa todavía más la triste constatación de que nuestras comunidades católicas en Europa no están exentas de estas reacciones defensivas y de rechazo, justificadas por un no especificado “deber moral” de preservar la identidad cultural y religiosa original».
La Iglesia apuesta por el empuje que la fe nos da para creer y crecer en integración y en la Comunión; la que nos empuja a descubrir que mientras muchos ven en los otros a un «desconcido» los cristianos vemos a un hermano y quienes lo reciben queremos que vean a Dios, vulnerable en sus hijos, vean a alguien de nuestra misma dignidad que llega de lejos, y vean la belleza de un futuro más hermoso para todos. En este sentido debemos reconocer y alabar el excelente trabajo de integración que han llevado a cabo nuestras Misiones Católicas en Europa con los emigrantes españolas del siglo pasado. Su labor aún sigue siendo hoy necesaria por eso debemos comprometernos a seguir acompañando a los migrantes de habla española que llegan a los países de Centroeuropa con capellanes suficientes.
Queremos agradecer y, al mismo tiempo, animar a todos los cristianos que trabajan en la acogida, protección, promoción e integración de los inmigrantes y refugiados en la sociedad y en la Iglesia. Vuestro trabajo callado y permanente es una denuncia profética para aquellos que se cruzan de brazos o miran para otro lado ante el grave drama de la migración.
Pedimos a la Virgen María y San José que acompañen con su protección a los que hoy tienen que marcharse de sus países para proteger sus vidas de la barbarie de la guerra o del hambre.
Con afecto recibid nuestra bendición,
Los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones
Fecha de Publicación: 10 de Enero de 2018

viernes, 12 de enero de 2018

ATRÉVETE A SER MISIONERO. INFANCIA MISIONERA 2018

Una nueva Jornada de Infancia Misionera llama a las puertas de nuestro corazón cuando apenas hemos concluido el tiempo de Navidad. Lejos de ser inoportuna, viene en el mejor de los momentos. Hemos contemplado a Dios en la fragilidad de un niño; fragilidad y fortaleza para vivir intensamente la misión que Dios Padre le ha confiado. Es allí, en Belén y en Nazaret, donde podemos descubrir la fuerza y el vigor de los niños, a quienes más tarde Jesús propondrá como camino para el Reino de los cielos. Es en ellos y en su colaboración donde, allá por 1843, el obispo Forbin-Janson descubrió el manantial de esta cooperación misionera.
Hace cuatro años, el Secretariado de Infancia Misionera entendió que las siguientes Jornadas deberían ajustarse a las dimensiones de la iniciación cristiana de la infancia. La pastoral diocesana había hecho una apuesta por acompañar a los niños en este itinerario. Primero fue el lema “Yo soy uno de ellos”, evocando la necesidad de conocer el mensaje de Jesús, en el que nos anuncia que todos estamos llamados a ser hijos de Dios. De esta certeza nace el deseo de entrar en contacto con el Señor, acompañando a los niños en la oración y en la celebración; nada mejor que un “Gracias” podría expresar este segundo tramo. Al año siguiente se hizo resonar la invitación de Jesús a la vida cristiana, con el lema “Sígueme”. Faltaba el último eslabón: el compromiso de tomar parte en el anuncio del Evangelio. Así nace la propuesta provocadora del “Atrévete a ser misionero” de este 2018.
Ya el lema del pasado Domund, “Sé valiente, la misión te espera”, ha ido disponiendo los corazones de los niños —y de los mayores— para dar el paso al compromiso. El papa Francisco nos urge a caminar por esta senda de audacia y valor; pero su origen profundo está en el mismo Evangelio, donde Jesús llama, interpela y envía a anunciar por el mundo lo que hemos recibido de Él.

Un camino que recorrer
La preparación de la Jornada de Infancia Misionera arranca con el inicio del año litúrgico: Adviento. Los niños, en la catequesis y en las comunidades cristianas, son en este tiempo acompañados a recorrer el camino que lleva al encuentro con Jesús. Esta peregrinación culmina con dos gestos elocuentes.
Por una parte, se les entrega la “hucha del compartir”, para despertar en ellos el deseo de colaborar con la obra misionera de la Iglesia. Esta hucha, llena de pequeños donativos propios y ajenos, será depositada en el portal de Belén. Por otra, los niños saldrán por las calles, en compañía de monitores, padres y catequistas, para sembrarlas de estrellas. Sin pedir nada a cambio, pondrán en la solapa del viandante una estrella con la frase “Jesús nace para ti”. El niño llevará una estrella más grande, en que el adulto podrá leer “Jesús nace para todos”. El pequeño se ha transformado en misionero.
Después de la celebración de la Navidad y de haber contemplado a Jesús con los pastores y los magos, se inicia la etapa final, que nos llevará a esta hermosa Jornada misionera. Tres semanas para vivir la aventura de salir de nosotros mismos, de conocer otras culturas y otros niños para identificarnos con ellos. Es el momento de hacer realidad el lema general de Infancia Misionera: “Los niños ayudan a los niños”.
Actividades y materiales
Estos días se ponen en marcha diversas actividades promovidas por las Delegaciones de Misiones, con la colaboración de otros servicios diocesanos, para preparar a los niños a su gran fiesta misionera. Los educadores —padres, profesores y catequistas— tienen a su disposición unos guiones de formación misionera que, según las edades de los destinarios, tratan de hacer presente el mensaje de la Jornada. Además, cada dos meses se puede disponer de la revista Gesto, que está estrenando nuevos contenidos con el deseo de facilitar la formación misionera de los niños.
Otras actividades sirven de complemento a las anteriores, como la recta final del concurso de cómics, que nos hará ver cómo entienden los niños, con su creatividad e imaginación, eso de atreverse a ser misioneros. Los encuentros diocesanos de Infancia Misionera cada año son más numerosos, convocando a los más pequeños a compartir un día de fiesta, normalmente presididos y acompañados por sus obispos.
Se llega así a la Jornada del cuarto domingo de enero, día 28. Muchas huchas repletas de generosos donativos serán llevadas al altar en la ofrenda de los dones, para que su contenido sea distribuido a todos los niños del mundo por el Papa. Francisco nos anima a ser generosos. Gracias por vuestro desprendimiento.

III Jornadas Parroquia, Familia y Escuela, con el título "Evangelizar la Familia, Construir la Iglesia"

El próximo día 20 de Enero de 2018, tendrán lugar en el Seminario Diocesano San Atón a partir de las 9:30 h. las III Jornadas Parroquia, Familia y Escuela, con el título "Evangelizar la Familia, Construir la Iglesia", también tendremos ,después de la conferencia de Don José María Gil Tamayo (Secretario de la Conferencia Episcopal Española), una mesa redonda en la que se abarquen distintas perspectivas de la coordinación entre las pastorales familiares, de educación y de catequesis, esto es una solicitud de muchos asistentes a las últimas jornadas para que así sean más participativas y prácticas.

Es momento de dar toda la difusión posible a estas jornadas, que son las que desde nuestra delegación proponemos como la formación para los agentes de Pastoral Familiar. Creemos que estas Jornadas serán muy productivas desde el punto de vista formativo, práctico y participativo.


II DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO 14 DE ENERO DE 2018




IGLESIA EN CAMINO 14 DE ENERO DE 2018

 IGLESIA EN CAMINO 14 DE ENERO 2018

sábado, 6 de enero de 2018

¡FELIZ DÍA DE REYES!

“Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra”


Buenos días Señor a Ti el primero. Señor que como los magos de Oriente no me conforme con mi verdad, que busque algo más, que deje mi seguridad y comodidad, que me ponga en camino, que no me canse de preguntar para encontrarme contigo Señor... que esté atento a los signos luminosos de su presencia: en mis sentimientos y experiencias, en las personas, en tu Palabra, en la comunidad cristiana. ¡Gracias Señor por manifestarte a todos y también a mi! ¡Danos fuerza para anunciarte a todos! ¡Ensancha mi corazón y mi generosidad!

¡FELIZ DIA DE REYES!
¡Que no se nos olvide lo importante...!

miércoles, 3 de enero de 2018

CURSILLO DE CRISTIANDAD: 2-4 DE FEBRERO DE 2018


CONCIERTO SOLIDARIO DE NAVIDAD



HARMONEYES VOCAL

Es una formación musical especializada en la interpretación exclusivamente vocal, sin apoyo instrumental, de piezas musicales de naturaleza variada, incluyendo clásicos del pop y del soul, musicales, contemporáneo, clásico, entre otros.

Es un grupo formado por 9 personas, con inquietudes musicales en un género diferente no difundido antes en nuestra ciudad.

Nuestra originalidad está en no ser una agrupación coral, si no un grupo vocal en el que la voz es el instrumento.


Este grupo nace y sigue existiendo por una motivación personal para ofrecer un proyecto original tanto en repertorio como en interpretación vocal, y con la intención de ser un referente de este estilo en nuestra comunidad.