viernes, 12 de enero de 2018

ATRÉVETE A SER MISIONERO. INFANCIA MISIONERA 2018

Una nueva Jornada de Infancia Misionera llama a las puertas de nuestro corazón cuando apenas hemos concluido el tiempo de Navidad. Lejos de ser inoportuna, viene en el mejor de los momentos. Hemos contemplado a Dios en la fragilidad de un niño; fragilidad y fortaleza para vivir intensamente la misión que Dios Padre le ha confiado. Es allí, en Belén y en Nazaret, donde podemos descubrir la fuerza y el vigor de los niños, a quienes más tarde Jesús propondrá como camino para el Reino de los cielos. Es en ellos y en su colaboración donde, allá por 1843, el obispo Forbin-Janson descubrió el manantial de esta cooperación misionera.
Hace cuatro años, el Secretariado de Infancia Misionera entendió que las siguientes Jornadas deberían ajustarse a las dimensiones de la iniciación cristiana de la infancia. La pastoral diocesana había hecho una apuesta por acompañar a los niños en este itinerario. Primero fue el lema “Yo soy uno de ellos”, evocando la necesidad de conocer el mensaje de Jesús, en el que nos anuncia que todos estamos llamados a ser hijos de Dios. De esta certeza nace el deseo de entrar en contacto con el Señor, acompañando a los niños en la oración y en la celebración; nada mejor que un “Gracias” podría expresar este segundo tramo. Al año siguiente se hizo resonar la invitación de Jesús a la vida cristiana, con el lema “Sígueme”. Faltaba el último eslabón: el compromiso de tomar parte en el anuncio del Evangelio. Así nace la propuesta provocadora del “Atrévete a ser misionero” de este 2018.
Ya el lema del pasado Domund, “Sé valiente, la misión te espera”, ha ido disponiendo los corazones de los niños —y de los mayores— para dar el paso al compromiso. El papa Francisco nos urge a caminar por esta senda de audacia y valor; pero su origen profundo está en el mismo Evangelio, donde Jesús llama, interpela y envía a anunciar por el mundo lo que hemos recibido de Él.

Un camino que recorrer
La preparación de la Jornada de Infancia Misionera arranca con el inicio del año litúrgico: Adviento. Los niños, en la catequesis y en las comunidades cristianas, son en este tiempo acompañados a recorrer el camino que lleva al encuentro con Jesús. Esta peregrinación culmina con dos gestos elocuentes.
Por una parte, se les entrega la “hucha del compartir”, para despertar en ellos el deseo de colaborar con la obra misionera de la Iglesia. Esta hucha, llena de pequeños donativos propios y ajenos, será depositada en el portal de Belén. Por otra, los niños saldrán por las calles, en compañía de monitores, padres y catequistas, para sembrarlas de estrellas. Sin pedir nada a cambio, pondrán en la solapa del viandante una estrella con la frase “Jesús nace para ti”. El niño llevará una estrella más grande, en que el adulto podrá leer “Jesús nace para todos”. El pequeño se ha transformado en misionero.
Después de la celebración de la Navidad y de haber contemplado a Jesús con los pastores y los magos, se inicia la etapa final, que nos llevará a esta hermosa Jornada misionera. Tres semanas para vivir la aventura de salir de nosotros mismos, de conocer otras culturas y otros niños para identificarnos con ellos. Es el momento de hacer realidad el lema general de Infancia Misionera: “Los niños ayudan a los niños”.
Actividades y materiales
Estos días se ponen en marcha diversas actividades promovidas por las Delegaciones de Misiones, con la colaboración de otros servicios diocesanos, para preparar a los niños a su gran fiesta misionera. Los educadores —padres, profesores y catequistas— tienen a su disposición unos guiones de formación misionera que, según las edades de los destinarios, tratan de hacer presente el mensaje de la Jornada. Además, cada dos meses se puede disponer de la revista Gesto, que está estrenando nuevos contenidos con el deseo de facilitar la formación misionera de los niños.
Otras actividades sirven de complemento a las anteriores, como la recta final del concurso de cómics, que nos hará ver cómo entienden los niños, con su creatividad e imaginación, eso de atreverse a ser misioneros. Los encuentros diocesanos de Infancia Misionera cada año son más numerosos, convocando a los más pequeños a compartir un día de fiesta, normalmente presididos y acompañados por sus obispos.
Se llega así a la Jornada del cuarto domingo de enero, día 28. Muchas huchas repletas de generosos donativos serán llevadas al altar en la ofrenda de los dones, para que su contenido sea distribuido a todos los niños del mundo por el Papa. Francisco nos anima a ser generosos. Gracias por vuestro desprendimiento.

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