lunes, 23 de diciembre de 2019

FELIZ NAVIDAD PARROQUIA SAN JUAN PABLO II



Al celebrar la Navidad celebramos la alegría de sentir que seguimos siendo un SUEÑO para Dios y un LATIDO en su corazón. 

Dios se hace Niño esta Navidad para que lo podamos MIRAR, para que contemplemos la grandeza de lo pequeño. “Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22,27).

Dios se hace Niño esta Navidad para que lo podamos ESCUCHAR. Jesús siempre tiene una Palabra que decirnos, una Palabra que llena el corazón. Pero… ¡hay que estar atentos! Será Él mismo quien nos diga: “el que tenga oídos, que oiga”  (Mt 13,9).

Dios se hace Niño esta Navidad para que lo podamos OLER; sí, para que podamos respirarlo a nuestro alrededor. Nosotros, los cristianos, somos para Dios el buen olor de Cristo. (2 Cor 2,15).

Dios se hace Niño esta Navidad para que lo podamos GUSTAR. “Yo soy el pan de vida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él” (Jn 6, 48.56). Todo aquel que ‘prueba’ y deja entrar a Jesús en su vida, ‘pincha’ –sin pensárselo dos veces– Me gusta. 

Dios se hace Niño esta Navidad para que lo podamos TOCAR.  “Alguien me ha tocado, pues he sentido que una fuerza ha salido de mí” (Lc 8, 46). Dios sale a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento para que lo recibamos en la fe y demos testimonio. 
¡Dios cuenta con nosotros!

En Navidad se habla de REGALOS. Lo sorprendente es que hace más de 2.000 años, recibimos ya el MEJOR REGALO, el que nos enseñó a valorar el verdadero sentido de la Navidad: JESUCRISTO.






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