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EVANGELIO, VIDA Y ACCIÓN
DOMINGO 11º T.O. - Ciclo B
ES LA MÁS PEQUEÑA DE TODAS LAS SEMILLAS...
INVOCACIÓN
Tuyo, Señor, es el Reino
y el poder y la gloria...
Tu misericordia ha querido asociarnos a tu obra como humildes colaboradores tan sólo,
de lo que es tu misterio y la maravilla de tus manos. Oh Padre que guías la historia de tu reino: concédenos la esperanza en tus cuidados;
la humildad en la entrega a tu Reino;
la constante vigilancia del amor por tu obra...
De manera que nuestra ansia sea paciente,
nuestro compromiso constante,
nuestro cuidado lleno de fe,
y podamos difundir el deseo de conocerte
y adorarte a Ti,
que haces de la pequeña semilla un árbol grande,
y de tu Iglesia peregrina del tiempo
el inicio del Reino eterno. AMÉN.
AMBIENTACIÓN
Predicar el Reino de Dios fue la ocupación principal de Jesús durante su ministerio público, su preocupación más constante. El reino de Dios, va desarrollándose lenta y trabajosamente en la historia humana, pero acabará imponiéndose con toda su fuerza y esplendor.
CANTO COMO UN GRANO DE MOSTAZA DE SALOMÉ ARRICIBITA
Mi vida, como un grano de mostaza,
tan pequeña, frágil
e insignificante como él
mi vida, como un grano de mostaza,
se hace grande
si el Amor llena su ser
Mi vida, como un grano de mostaza,
Sea un árbol que cobije
a quien precise de él
mi vida, como un grano de mostaza,
enraizada en Ti
para abrazar en pie
EVANGELIO Mc 14, 12-16. 22-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
“El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra.
Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo; sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la cosecha”.
Dijo también:
- “¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Es como un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo pueden cobijarse y anidar en ella”.
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Jesús propone dos parábolas para hablar del Reino de Dios. La semilla depositada en tierra tiene vigor para crecer; a pesar de las dificultades del entorno, Dios mismo está actuando y su acción es invencible.
- ¿A qué compara Jesús el Reino de Dios en las dos breves parábolas que acabamos de leer?
- ¿Qué actitudes fundamentales subraya cada una de ellas?
- ¿Qué mensaje sobre el Reino encierran estas parábolas?
MEDITACION: ¿QUÉ ME / NOS DICE DIOS EN EL TEXTO?
Las parábolas encierran “el misterio del Reino”, puesto que nos revelan el modo de ser de Dios y su manera de actuar en nuestra realidad. Por eso no podemos quedar indiferentes ante ellas, sino que hemos de optar por acoger o rechazar la Buena Noticia que contiene
- ¿Cultivas la humildad (lo pequeño) en tu servicio al Reino de Dios?
- ¿Sabes esperar pacientemente, sabiendo que todo depende de Dios y de su gracia?
- ¿Crees en verdad que el Reino de Dios crece misteriosamente, pero con una fuerza imparable? ¿Como andas de esperanza?
- ¿Te sientes frustrado cuando parece que el esfuerzo personal o comunitario ha sido en vano?
- ¿Qué semillas del Reino puedes sembrar en los ambientes en que te desenvuelves?
ORACIÓN: ¿QUÉ LE DIGO AL SEÑOR MOTIVADO POR SU PALABRA?
Las parábolas pueden ser también una fuente de oración. Detrás de su apariencia sencilla e ingenua, se revela el rostro de Dios que no deja de sorprendernos. Pongámonos una vez más delante de ese misterio en actitud orante.
A veces, Señor, cuando dudo,
cuando no siento nada,
cuando la vida no avanza
y me percibo escéptico,
cuando no veo resultados...
todavía sé pararme
y coger un grano de mostaza
en el cuenco de mi mano,
y mirarlo y mirarlo,
acordándome de tu parábola.
Y a veces, cuando todo va bien,
cuando la vida me sonríe,
cuando no tengo problemas
para creer en ti,
ni para creer en los hombres y mujeres,
ni para creer en mí...,
también me atrevo a coger un grano de mostaza
en el cuenco de mi mano,
y lo miro y miro
acordándome de tu parábola.
Y en algunas ocasiones
también me siento hortelano
en medio de un gran campo,
con el zurrón lleno de granos;
pero parecen tan pequeñas las semillas
que dudo en esparcirlas y perderlas.
Entonces, levanto los ojos,
miro tu rostro que me está mirando,
escucho nuevamente tu parábola,
y vuelvo a ser labrador y hortelano
CONTEMPLACIÓN: ¿QUÉ ME LLEVA A HACER EL TEXTO? ¿CÓMO REFLEJO EN MI VIDA LO QUE ME DICE DIOS EN EL TEXTO?
- El Reino de Dios requiere nuestra colaboración, pero es, sobre todo, iniciativa y don del Señor. Nuestra débil obra, aparentemente pequeña frente a la complejidad de los problemas del mundo, si se la sitúa en la obra de Dios no tiene miedo de las dificultades. La victoria del Señor es segura: su amor hará brotar y hará crecer cada semilla de bien presente en la tierra. (Papa Francisco)
- Esto nos abre a la confianza y a la esperanza, a pesar de los dramas, las injusticias y los sufrimientos que encontramos. La semilla del bien y de la paz germina y se desarrolla, porque el amor misericordioso de Dios hace que madure. (Papa Francisco)
- Jesús llama a sus discípulos y hoy a nosotros para que amemos lo pequeño, lo humilde, lo oculto, lo sencillo. El Reino de Dios está en construcción, está creciendo, se note más o menos, porque es el mismo Dios quien lo está llevando adelante y nosotros podemos contemplarlo, vivirlo, gustarlo… si somos capaces de acoger lo pequeño, lo humilde, lo oculto, lo sencillo.
- No tenemos en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos. Cuando el Dios de la historia venga, nos mirará las manos. Tenemos que comprometer nuestras manos en la siembras. Que a su llegada el Señor nos encuentre sembrando.
- Sembrar, sembrar y sembrar. Sembrar cada día el Reino. Sembrar los valores del Reino. Aunque no seamos noticia a nosotros nos toca sembrar y seguir apostando por el bien. Aunque nadie lo vea, seguir apostando por el Evangelio. Eso es ser grano de mostaza. Esa es la “grandeza” a la que nos invita el Señor con las parábolas del Reino.
- No se trata tanto de hacer cosas grandes, sino que se trata de hacer “pequeños gestos, con gran amor”. La Madre Teresa decía: “a veces sentimos que lo que hacemos es tan sólo una gota en el mar. Pero el mar no sería el mismo, sería menos, si le faltara esa gota”.
SALMO 92(91), 2-3.13-14.15-16.
Es bueno dar gracias al Señor,
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre;
proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche,
El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano:
trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Dios.
En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso,
para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad.
Amén.
CANTO:
La vida nos habla del Amor. Sucede sin darnos cuenta. Brotan a tus pies signos de su presencia. Como pequeñas semillas: una palabra, una caricia, una mirada… pueden provocar una revolución en la vida. Sólo hay que mirar y abrir nuestra vida a su amor. Él hará el resto. Confía.
Tengo fortaleza que el mundo me da,
guardo una mirada curiosa y leal,
veo gente que mira mucho más allá
que se hacen más vivos cada más acá.
Tengo inteligencia para progresar,
trabajo en paciencia para caminar,
Y una tenue llama hay en mi corazón,
de ahí a buen seguro sale lo mejor.
Grano de mostaza, Grano de mi fe,
Grano de mostaza, me hace tanto bien,
muestra novedades frescas del amor,
sorpresas mayores que hay en mi interior.
Grano de mostaza, Grano de mi fe,
Grano de mostaza, duro de entender.
Otros buscan fuera misterios que ver
Yo lo llevo dentro y algo sé entender.
Creo en lo diferente que siempre hace bien,
Siento bien cercanos todo hombre y mujer,
Me gustan la noche y el amanecer,
Creo en el futuro, sé que irá muy bien.
De ahí me vienen luces y trato de ver,
mil y algún mensaje que aún ni sé leer
de un mínimo grano de mi corazón
sé que siempre sale todo lo mejor.
Grano de mostaza, Grano de mi fe
Grano de mostaza, me hace tanto bien
Muestra novedades frescas del amor
Sorpresas mayores que hay en mi interior
Grano de mostaza, Grano de mi fe
Grano de mostaza, duro de entender,
muchos buscan fuera misterios que ver
yo lo llevo dentro y algo sé entender…
no es ninguna marca grabada en mi piel
COMPARTIMOS LA VIDA
La Palabra compartida. Contrasto con otros mi respuesta a la Palabra. Dialogo con los hermanos. Escucho a los demás y les comunico mi vivencia. Me dejo enriquecer por lo que el Señor ha inspirado a otros.
- ¿Qué semillas del Reino es necesario sembrar en los ambientes en que te desenvuelves: familia, amigo, vecinos, comunidad...?
COMPROMISO
A la luz del Evangelio:
- ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida te pide el Señor?
- ¿Por dónde empezar para trabajar la esperanza, la humildad, lo pequeño...?
ORACIÓN FINAL
Pidamos al Señor que todo lo que hemos conocido de Él lo podamos asumir como propuesta de vida y que eso nos lleve a imitar sus actitudes y su manera de ser.
Dame fe como un grano de mostaza, Señor.
Para que, orando, me olvide de todo lo que me rodea y, viviendo, sepas que Tú habitas en mí.
Para que, creyendo en Ti, anime a otros a fiarse de Ti. A moverse por Ti. A no pensar sino desde Ti.
¿Me ayudarás, Señor? ¿Será mi fe como el grano de mostaza? Dame la capacidad de esperar y soñar siempre en Ti.
Dame el don de crecer y de robustecer mi confianza en Ti.
Dame la alegría de saber que, Tú, vives en mí.
Dame la fortaleza que necesito para luchar por Ti.
Dame fe como un grano de mostaza.
Sencilla, pero obediente y nítida.
Radical, pero humilde y acogedora.
Soñadora, pero con los pies en la tierra.
Con la mente en el cielo, pero con los ojos despiertos.
Con los pies en el camino, pero con el alma hacia Ti.
¿Me ayudarás, Señor?
Dame fe, como un grano de mostaza.
CANTO: Parábola de La Semilla de Mostaza - Valivan
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