XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
- Ez 33, 7-9. Si no hablas al malvado, te pediré cuenta de su sangre.
- Sal 94. R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
- Rom 13, 8-10. La plenitud de la ley es el amor.
- Mt 18, 15-20. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
- Sal 94. R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
- Rom 13, 8-10. La plenitud de la ley es el amor.
- Mt 18, 15-20. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Somos responsables no solo de nuestra salvación sino también de la de los demás. Así se lo dijo Dios al profeta Ezequiel: «tú no hablas para advertir al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre» (1 Lect). Y en el Evangelio Jesús nos habla de la corrección fraterna: «Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu herma- no». Así practicaremos el amor al prójimo (2 Lect). Recordemos que todos debemos estar abiertos a la conversión: «Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”» (Sal resp).
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