XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
- Ex 22, 20-26. Si explotáis a viudas y a huérfanos, se encenderá mi ira
contra vosotros.
- Sal 17. R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
- 1 Tes 1, 5c-10. Os convertisteis, abandonando los ídolos, para servir a Dios y vivir aguardando la vuelta de su Hijo.
- Mt 22, 34-40. Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.
«Para que merezcamos conseguir lo que prometes, concédenos
amar tus preceptos» (Co). Y sus preceptos son los mandamientos
de la ley de Dios que Jesús nos enseña. Y se resumen en «Amarás
al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda
tu mente» —el principal y primero— y «Amarás a tu prójimo
como a ti mismo». Y como modelo de ese amor, Cristo mismo
que nos ha amado hasta dar su vida por nosotros. Y nosotros
debemos amarnos unos a otros, como él nos ha amado. La eucaristía, en la que Cristo sigue entregándose por nosotros, es la
fuente donde bebemos el amor de Dios.
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