XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
- Is 25, 6-10a. Preparará el Señor un festín, y enjugará las lágrimas de
todos los rostros.
- Sal 22. R. Habitaré en la casa del Señor por años sin término.
- Flp 4, 12-14. 19-20. Todo lo puedo en aquel que me conforta.
- Mt 22, 1-14. A todos los que encontréis, llamadlos a la boda.
La liturgia de hoy nos eleva a contemplar nuestro futuro definitivo, la alegría eterna del cielo. Y utiliza para ello el símbolo
del banquete festivo preparado por el Señor que enjugará las
lágrimas de todos los rostros (1 Lect). Y el Evangelio presenta la
parábola del banquete de bodas al que todos estamos convida-
dos. Nos tenemos que preguntar si nosotros somos de los que,
con nuestro modo de vivir, estamos rechazando esa invitación.
Todavía estamos a tiempo de cambiar y de revestirnos de la gracia de Dios para poder participar en la eucaristía que, celebrada
con amor, nos lleva a la gloria del cielo (So), la casa del Señor,
donde habitaremos por años sin término (Sal resp).
No hay comentarios:
Publicar un comentario