II DOMINGO DE ADVIENTO
- Is 40, 1-5. 9-11. Preparadle un camino al Señor.
- Sal 84. R. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.
- 2 Pe 3, 8-14. Esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva.
- Mc 1, 1-8. Enderezad los senderos del Señor.
El desierto de la primera lectura y del Evangelio no es un desierto
de arena. Es el desierto en el que se encuentra la gente, son los
desiertos interiores que provocaban una situación de desierto exterior. Era el desierto de la pérdida de la fe de tantos que se preguntaban dónde estaba el Dios que otras veces se había manifestado. Era el desierto de la idolatría, pues cuando se dejaba de
creer en Dios se comenzaba a poner la confianza en cualquier
cosa. En este desierto el profeta Isaías y Juan el Bautista abren un
camino de parte de Dios y anuncian el consuelo y la salvación.
La segunda lectura nos invita a vivir esta salvación que nos ha
llegado con Jesucristo, esta sabiduría celestial, trabajando por la
justicia y siendo intachables e irreprochables.
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