miércoles, 6 de septiembre de 2017

JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR EL CUIDADO DE LA CREACIÓN

"El medioambiente humano y el de la naturaleza se están deteriorando juntos, y este deterioro del planeta recae sobre las personas más vulnerables. El impacto del cambio climático afecta, ante todo y más que nada, a los que viven en la pobreza en todos los rincones del mundo. Nuestra obligación de usar los bienes de la tierra con responsabilidad implica el reconocimiento y el respeto de todas las personas y de todos los seres vivos. La urgente llamada y el desafío de cuidar la creación son una invitación dirigida a toda la humanidad para que trabaje en favor de un desarrollo sostenible e integral".
Durante los meses de septiembre y octubre, las acciones de sensibilización de la Campaña se centrarán en el punto 7 del Decálogo Verde, que anima a «no supeditar nuestra acción a los intereses económicos».





Con el fin de ahondar en uno de los retos más acuciantes de la humanidad, recuperamos aquí diez reflexiones de Bergoglio sobre la responsabilidad de todos de custodiar la casa común:
  • “Nuestra propensión a interrumpir el delicado y equilibrado ecosistema del mundo, nuestro deseo insaciable de manipular y controlar los limitados recursos del planeta y nuestra avidez por el beneficio sin límites que rige en el mercado nos han alienado del objetivo originario de la creación. Ya no respetamos más la naturaleza como don compartido, la miramos como una posesión privada. No nos llevamos bien con la naturaleza para afirmarla, sino que nos adueñamos de ella para afirmar nuestras construcciones” (mensaje para la presente Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, firmado conjuntamente con Bartolomé I).
  • Las consecuencias de esta visión alternativa del mundo son trágicas y perduran a lo largo del tiempo. El ambiente humano y el natural se están deteriorando a la par, y esta degradación del planeta descarga su peso sobre los pueblos más vulnerables. El impacto del cambio climático azota, ante todo y sobre todo, a aquellos que viven en la pobreza en cada rincón del globo. (mensaje para la presente Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, firmado conjuntamente con Bartolomé I).
  • “Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año. La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales. Por nuestra causa, miles de especies ya no darán gloria a Dios con su existencia ni podrán comunicarnos su propio mensaje. No tenemos derecho” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “La exclusión social, la violencia, el narcotráfico y el consumo creciente de drogas entre los más jóvenes son signos que muestran que el crecimiento de los últimos dos siglos no ha significado un verdadero progreso” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “La tierra del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos les está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “Cuando no se reconoce el valor de un pobre, de un embrión humano, de una persona con discapacitad, difícilmente podremos escuchar los gritos de la naturaleza” (encíclica Laudato si’, 2015).
  • “Cultivar y custodiar la creación es una indicación de Dios dada no solo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros. Es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos” (discurso en la audiencia general del 5 de junio de 2013).
  • “Estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana está en peligro (…). ¡He aquí la urgencia de la ecología humana! Y el peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es solo una cuestión de economía, sino de ética y de antropología” (discurso en la audiencia general del 5 de junio de 2013).
  • “Hoy urge crear coaliciones, no solo militares o económicas, sino culturales, educativas, filosóficas, religiosas. Coaliciones que pongan de relieve cómo, detrás de muchos conflictos, está en juego con frecuencia el poder de grupos económicos. Coaliciones capaces de defender a las personas de ser utilizadas para fines impropios. Armemos a nuestra gente con la cultura del diálogo y del encuentro (discurso al recibir el Premio Carlomagno, el 6 de mayo de 2016).

No hay comentarios:

Publicar un comentario