jueves, 27 de diciembre de 2018

DESACTIVAR DISCURSOS, CONTRARRESTAR MIEDOS, DESVELAR MENTIRAS, CONTAR OTRAS HISTORIAS


Recientemente, el diario británico “The Guardian” organizó una serie de entrevistas con líderes de la izquierda moderada –lo que se entiende por la socialdemocracia– para tratar de la amenaza de los populismos y sus repercusiones en la acción política y en las actuaciones de un número cada vez mayor de países de la Unión. La proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2019, el aumento en el número de los países en los que la extrema derecha tiene una importante presencia, y la pérdida de confianza hacia los partidos tradicionales fueron las razones que motivaron esta serie de entrevistas.
Los invitados fueron Mateo Renzi (ex primer mi- nistro italiano), Tony Blair (ex primer ministro britá- nico) y Hillary Clinton (ex cantidata a la presidencia de los Estados Unidos y ex secretaria de Estado esta- dounidense). De las distintas entrevistas llamaba la atención un elemento común: la necesidad de que los movimientos populistas no se apropien del dis- curso anti inmigración y la necesidad de adoptar un lenguaje duro sobre migrantes y refugiados para con- trarrestarlo.
En palabras de Blair: “Es necesario tener en cuen- ta las legítimas preocupaciones de la gente y respon- derlas. Por ello hoy día, en cada vez más países de Europa, no se puede tener garantías de ser elegido a menos que se adopte una postura dura hacia la inmi- gración, porque la gente está preocupada por el te- ma, y si no se aborda desde los partidos tradicionales se deja un espacio que será rápidamente aprovecha- do por los partidos de corte populista”.
Hillary Clinton, por su parte, afirmaba que era necesario decir alto y claro que Europa ya había cumplido su parte al ser generosa y compasiva con los inmigrantes y solicitantes de asilo, y por tanto era tiempo de enviar cuanto antes otro mensaje: el de que no iba a ser posible que Europa siguiera pro- veyendo de apoyo y atención a estas personas.
Declaraciones como las anteriores resultan pro- fundamente escandalosas por cuanto ponen de ma- nifiesto la pugna por la apropiación de las emociones (y no tanto de las opiniones) de la ciudadanía. De al- guna manera se quiere justificar, en la trayectoria y en el buen nombre de partidos “respetables” y reputados, la legitimidad de un discurso de dureza hacia el inmigrante y refugiado, a fin de que no sean otros partidos populistas los que lo utilicen como bandera.
Surgen a partir de aquí varias cuestiones: ¿Por qué se da preeminencia a sentimientos como el mie- do o la desconfianza frente a sentimientos de acogi- da y solidaridad hasta el punto de llegar a decir que discursos que se apoyen sobre el miedo serán los que capten votantes? ¿Hasta qué punto son éticas afirma- ciones de ese tipo? ¿No se habrán dado cuenta los en- trevistados que con discursos duros –vengan de don- de vengan– se alimentan miedos y se genera racismo?
Y por último la pregunta más dolorosa: ¿hasta qué punto a estos líderes les importan los inmigrantes y los refugiados?
En su libro: “Storytelling: la máquina de fabri- car historias y formatear los espíritus”, Christian Sal- mon, su autor, afirma que en el momento actual lo importante no es tanto el debate de las ideas como el control de las emociones, y para que las emocio- nes puedan ser adecuadamente controladas es pre- ciso conectarlas con historias que tengan tres ingre- dientes. Primero, que hagan referencia a valores. Segundo, que estén dotadas de un lenguaje altamente emotivo, y tercero, que el receptor de las mis- mas entienda que se refieren específicamente a él o a ella.
Líderes políticos como Trump, Salvini o Le Pen son expertos en articular estos tres elementos para lograr sus fines. Lo que es más preocupante, empe- ro, es ver cómo en los mensajes de partidos “de toda la vida” se van generalizando estos mensajes tóxicos y manipuladores hacia la inmigración y la pobreza. Es tan solo cuestión de tiempo que se llegue a un ni- vel tal de polarización de la opinión que la reflexión, el análisis y el debate no tengan cabida. Cuando es- to ocurra, si es que ocurre, estaremos en la antesa- la de un nuevo momento trágico para la historia de Europa.


Emilio José Gómez Ciriano
Universidad de Castilla-La Mancha. 
Miembro de los grupos de trabajo 
de migración y asuntos exteriores 
de la COMECE.

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