sábado, 4 de abril de 2020

BUENOS DÍAS SEÑOR A TI EL PRIMERO. ¡¡FELIZ SÁBADO NOS DE DIOS!! «¿QUÉ HACEMOS?»

“…conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación…”
Buenos días Señor a Ti el primero. ¡¡Feliz Sábado nos de Dios!! «¿Qué hacemos?» 

Cada día Señor  hay más judíos que creen en Ti, y vencen el miedo por las posibles consecuencias y la presión creciente en torno a Ti. Pero a os jefes religiosos de Israel los tienes atemorizados…. tienen miedo a perder el poder y desean quitarte de en medio. La historia, Señor, se repite: ¿Qué están dispuestos a hacer muchos poderosos para no perder su influencia, algunos ricos para conservar y aumentar sus posesiones? ¿Qué hacen bastantes países desarrollados para seguir creciendo económicamente? Y nosotros, los cristianos ¿qué caminos hemos tomado en ocasiones para “defender el nombre de Dios”? Y cada uno de nosotros ¿Qué hacemos cuando vemos amenazado nuestro prestigio, nuestro relevancia social...? Nadie está libre de pecado. ¡Nadie Señor!
Señor, sabemos que la envidia perjudica a todos, al que es envidiado y al que envidia; pero, a veces nos cuesta mucho evitarla. Envidiamos un puesto de trabajo, un coche, una casa, un buen marido o una buena mujer, el carisma, el físico, la inteligencia, la fama... Nos parece que si no poseemos lo que envidiamos no podemos triunfar ni ser felices del todo. Haznos comprender los peligros de la envidia. De la envidia nacen el odio y la calumnia, la alegría causada por el mal del prójimo y la tristeza causada por su prosperidad” La envidia nos arma unos contra otros y debilita desde dentro a las familias, a las comunidades y a toda la sociedad. Danos luz y fuerza para superar la envidia, para valorar nuestras posibilidades y capacidades; para dar gracias por las personas que nos quieren, por los pequeños logros que alcanzamos en la vida, por las montañas y los ríos, los animales y las plantas, por las cosas que nos hacen más agradable la vida. Danos luz y fuerza para superar la envidia, para ver en cada persona a un hermano, para no considerarlas competidoras ni enemigas; para admirar, alegrarnos y dar gracias de corazón con los talentos y los éxitos de los demás, para saber pedir con humildad lo que necesitamos y compartir con generosidad lo que tenemos. Amén.
ORACIÓN CON MOTIVO DE LA PANDEMIA
Te adoramos, Señor Nuestro Salvador, Dios con nosotros, fiel y rico en misericordia. Rey y Señor de la creación y la historia. Vencedor del pecado y muerte. Amigo del hombre, resucitado y vivo a la diestra del Padre. Te adoramos, Señor Creemos en ti, Señor Hijo unigénito del Padre, bajado del cielo para nuestra salvación Médico celestial, que te inclinas sobre nuestra miseria Cordero inmolado, que ofreces para redimirnos del mal Buen Pastor, que das tu vida por el rebaño que amas Pan vivo y medicina de inmortalidad, que nos das vida eterna Creemos en ti, Señor
Libéranos, Señor Del orgullo y la presunción de poder prescindir de ti De los engaños del miedo y la angustia. De incredulidad y desesperación De la dureza del corazón y de la incapacidad para amar Libéranos, Señor
Sálvanos, Señor De todos los males que afligen a la humanidad Del hambre, el hambre y el egoísmo. De las enfermedades, las epidemias y del miedo al hermano. De locura devastadora, de los intereses despiadados y de la violencia. Del engaño, de la mala información y de la manipulación de las conciencias Sálvanos, Señor.
Consuélanos, Señor. Mira tu iglesia, que atraviesa el desierto. Mira a la humanidad, atemorizada por el miedo y la angustia. Mira a los enfermos y moribundos, oprimidos por la soledad. Mira a los médicos y profesionales de la salud, agotados por el esfuerzo. Mira a los políticos y administradores, que llevan el peso de las decisiones. Consuélanos, Señor. 
Danos tu Espíritu, Señor. En la hora de la prueba y la desorientación. En la tentación y en la fragilidad. En la lucha contra el mal y el pecado. En la búsqueda del verdadero bien y la verdadera alegría. En la decisión de permanecer en ti y en tu amistad. Danos tu Espíritu, Señor
Ábrenos a la esperanza, Señor. Si el pecado nos oprime. Si el odio cierra nuestros corazones. Si el dolor nos visita. Si la indiferencia nos angustia. Si la muerte nos amenaza. Danos tu Espíritu, Señor

Buenos días te doy. Si miro a tus ojos el Amor nos une en el Señor. Buenos días te doy.

«¿Qué hacemos?» 
¡¡Feliz Sábado nos de Dios!!

3 comentarios:

  1. "Ábrenos a la esperanza, Señor".

    SEMANA SANTA, tiempo de dolor, de pasión y compasión, pero, sobre todo, de Esperanza.

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  2. Sálvanos, consuelanos y danos esperanza, Señor.

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