lunes, 23 de marzo de 2020

ORACIÓN DEL MÉDICO DEL PAPA SANTO, JUAN PABLO II


Divino Médico que en tu vida terrenal has amado a los que sufren y has confiado el ministerio de curación a tus discípulos, prepáranos siempre para aliviar los dolores de nuestros hermanos. Que cada uno de nosotros sea consciente de la gran misión encomendada, se esfuerce siempre por estar en tu servicio diario, instrumento de tu amor misericordioso. Ilumina nuestra mente, guía nuestra mano, haz que nuestro corazón sea atento y compasivo. Haz que en cada paciente podamos ver la imagen de su Rostro Divino. 
Tú que eres el camino, concédenos saber cómo imitarte todos los días como doctores no solo del cuerpo sino de toda la persona, ayudando a los enfermos a caminar con confianza el camino terrenal hasta el momento de reunirse junto a Ti.
Tú que eres la verdad, danos sabiduría y ciencia para penetrar el misterio del hombre y su destino trascendente, a medida que nos acercamos a él para descubrir las causas del mal y para encontrar los remedios apropiados.
Tú que eres vida ayúdanos a anunciar y testificar en nuestra profesión el «evangelio de la vida» comprometiéndonos a defenderlo siempre, desde la concepción hasta su término natural, y respetar la dignidad de cada ser humano, especialmente de los más débiles y necesitados.
Haznos, Señor, buenos samaritanos, listos para repartir cura y consuelo a cuantos nos encontramos en nuestro trabajo. Sigamos el ejemplo de los santos médicos que nos precedieron, ayúdanos a ofrecer nuestra generosa contribución para innovar constantemente las instalaciones sanitarias.
Bendice nuestro estudio y nuestra profesión, ilumina nuestra investigación y nuestra enseñanza.
 Finalmente, concédenos, amarte y servirte constantemente en los hermanos que sufren, y que al final de nuestra peregrinación terrenal podamos contemplar tu rostro glorioso y experimentar la alegría de conocerte en tu reino de alegría y paz infinita. Amén.

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